Mi tortura entre copas y bastones

Me asusta la forma sutil de tu mirada,
La dulce frecuencia de tu voz,
Tu sedosa piel vigorosa y para que hablar
Del agobiante y adicto sabor de tus besos

Como pensar en otra cosa
Si sepultas mi vida como un cuenta gotas,
Me estremezco sólo con tu hola
Y acabo plantado en el jardín de tu ego

Eres más hermosa que la bellaza
Honesta como la conciencia
Y compleja como puzzle de mil piezas

¿Tendrás alguna cura para sacarte de mi cabeza?
O mejor aún, mátame para ser tu olvido
O también puedes besarme diez mil instantes
Para que la eternidad se aburra
Y vuelva hablar con el tiempo

Así los dos estaremos juntos
Viendo a la eternidad
Rindiéndose a los pies del tiempo,
Y si no me resulta esto
Te escribiré hasta hacer hablar al viento.

Quiero, pero no gracias

He leído una trágica historia destacada en la retina de una rosa
No tenía ningún sentido pero me hizo llorar de alegría.

Decía con voz pasiva, el ojo de la rosa parlante
Que por mi te derretías,
No le creí porque me miraba y a los ojos no lo hacía
¿Ah sí? Le dije yo
Si fíjate tú
La esquiva rosa me decía,
Por un momento casi la beso pero me acordé que enamorado estoy,
Y si no soy fiel a mi, pensaba en ese momento,
No le seré fiel ni ella ni a su sombra.

Esto va para ti, muerte súbita.

Tengo ganas de escribir, pero esta inercia tonta no me deja
Estoy soslayado en un pantano tonto y moribundo que no me deja ser,
Veo tanta acumulación nocturna que la ceguera no me influencia mucho;

Una princesa se ha caído y no me di cuenta, la quise aguardar pero no pude,
Soy un tonto bufón en un principado adecuado a la era ambigua,
Que no me dejan ser yo, lo se tan bien, que no me deja ser yo

Trato de comprenderme yo mismo, pero soy tan lerdo que los árboles se ríen de mí,
Las hojas me ayudan a limpiar mi ambigüedad, pero los pájaros se burlan de mi torpeza
Y me dejan a despojo de toda la ignorancia que todo este mundo se jacta,
Como si no supieran que yo estoy firme en mi pensamiento sabio.

Me alejo de ellas, pero me persiguen en la forestada noche,
Quizás he sido un vagabundo atormentado de pesadillas
Que me culpan de toda indiferencia tardía de mi cerebelo
Pero las comprendo por seguir mi alocada mente,
Además son mi única vigía en mi noche eterna
¿O son mi única compañía en esta noche deslumbrada?

He querido escribirte versos desde que nací, alondra torcida de emociones,
Mi cerebro se acongoja cuando mira esos luceros que me desgarran
Y me da miedo enamorarme porque se que no te merezco
Silueta fiel de eclipse en el medio de un ventisquero.

Cuídate porque no te podré defender de los forasteros,
Me estoy arrancando de pronto de aquellos que me quieren ver muerto
Pero te tengo un mensaje claro para ti y para tus desterrados:
Aguanten por que el fin se acerca, y si no, sean valientes
Porque la sangre es regada por los más fieles cesionarios del misterio.