Azalea marina de coyunturas extremistas
Ignoré el caudal que la pacha te murmuraba
Los vientos de la penumbra flameaban a la luna
Que amarillenta tornaba su concentración visual
Ignoré el aroma tibio de tu silueta
Y la salada forma que te meneabas
No noté que en la superficie de tu espuma
Danzaban estrellas que a la hora del té
Derramaban su último minuto
Nunca volverán los recuerdos sobrios de una infancia plena
Jamás volverán esos otoños que tapizaban nuestra terraza
No encontraré a otra más furiosa y excitante como tú,
Salada salvaje , volveré por ti algún día.
jueves, 25 de marzo de 2010
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