
Soy la araucaria firme y desaliñada
Triste e inmaculada
Llorando piñones secos y respirando
Alucinaciones de adobe
Me aferro firme a ti
Tierra fértil, amiga agria y desmaterializada
Ya que en tus vastas praderas
He encontrado sabiduría y confianza
Soy la araucaria firme y equiparada
Descanso descalza ante el cielo
Y dejo que los mosquitos plumíferos
Acomoden su vida cotidiana
Me duele oler humo en el horizonte
Mas sino es gas agrio
Que sale de ese pequeño remolque
Y hace llorar a mis hijos que viven asustados en el monte
Me angustian los aullidos
De estas maquinarias infernales
Que dispersan a mis mosquitos
Y reprime a mis habitantes
Estoy cansada y llevo siglos escuchando sermones
De indígenas enfermos de represión
Sedientos de libertad y armados de justicia
Pidiendo a gritos que no los incluyan
Sino comprendan sus delirios
Si así mismo, que comprendan
Lo doloroso que es dejar en el olvido
A todos esos jóvenes, madres y niños
Que ahora escupen tierra
Y que antes tragaban trigo.
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