Escuchando a mi bella Violeta, suspiro y me alberga;
Tan hermosa su voz y tan verídico su pensamiento
A la misma vez, ambigua de tantos cadáveres de este siglo
Que han cantado sin corazón a los verdaderos libertarios
Que le cantan a una flameante bandera que se degrada
Ante sonsos hijos que se burlan de sus melodías.
Pero sus hijos de ráfagas revoltosas que le han escuchado la voz
No se desvelan esperando el momento al cual atacar al verdadero
Y único animal que por más despiadado, jamás se va a salvar
Del despiadado juicio moral, y se Ambiguo mío, lo voy a despellejar.
ESTA a DOs puntos de desfallecer y el pueblo de la Viola tranquila
Será salvado y fraterno como todos queremos.
martes, 16 de septiembre de 2008
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