sábado, 7 de agosto de 2010

Mientras más loca la pena más agrio es el vino

En los atardeceres de un día maulino
Se retuercen las hojas del camino
Al imaginarse que el cielo es ambiguo
Y que pernocta dentro de un ritual plagado de zafiros


Todos saben que la gracia matutina acaba cuando los primeros rayos de sol,
Que cubren la mitad y un poco más del meridiano fundido,
Aclara al mediodía que borra al tiempo,
Al día que pasó lo convierte en un ahora y a su vez
En un hasta siempre que se desvanece en un olvido

Siempre he dicho que la tristeza acompaña al deliro
Mientras más loca la pena más agrio es el vino


Si fuera el infierno un castigo,

Yo sería su jardinero que riega el destino.

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